Desde el Partido Comunista de los Trabajadores de España queremos saludar y apoyar la huelga convocada durante los próximos días 10 y 11 de diciembre en el centro de Alcalá de Henares. Ante la intención de la multinacional de prescindir de un tercio de los trabajadores y trabajadores, ha llegado el momento de decir basta y plantar cara.
De forma unilateral, la empresa ha comunicado a cerca de 100 trabajadores su intención de despedirles y externalizar su trabajo, la parte logística, a otra empresa que les permita aumentar las ganancias a costa de peores condiciones laborales, encubriéndolo en una búsqueda de «mayor competitividad». Avon, que anteriormente ya había empezado a mostrar sus cartas intentando deshacerse de dos representantes de los trabajadores, ni siquiera quiere reunirse con el Comité de Empresa y también planea trasladar al resto de la plantilla a otras instalaciones que no quiere desvelar.
Se trata a todas luces de la hoja de ruta hacia el cierre total de la planta en Alcalá de Henares, primero atacando a la actividad productiva, después la logística y por último finiquitando la administrativa. Por tanto, esto no es una lucha de las 100 personas a las que despiden ni de un área del centro de trabajo, es una lucha de toda la plantilla. El centro está siendo desmantelado por fases y una vez no quede actividad que administrar, el personal de oficinas sufrirá el mismo trato por parte de la empresa. La unidad de la plantilla debe ser total para poder plantar cara y frenar un ataque que es hacia todos los trabajadores y trabajadoras de Avon en Alcalá de Henares.
La unidad de la plantilla debe verse reflejada en las dos jornadas de huelga convocadas pero no debe quedarse ahí. El objetivo tiene que ser paralizar totalmente la actividad de la planta hasta que la empresa retire el plan de externalización y se garantice el empleo digno de toda la plantilla de Alcalá de Henares. También es necesario incrementar la cantidad de movilizaciones, pues el tiempo juega en contra. El conflicto debe crecer y desarrollarse, empleando todas las herramientas de lucha a nuestro alcance para doblegar la voluntad de Avon y conseguir que los trabajadores ganemos.
La situación en Avon no es un caso aislado. La tendencia hacia la externalización de servicios, el uso de subcontratas, la pérdida de derechos y el aumento de la explotación es un hecho generalizado en el sistema capitalista. Las multinacionales y el capital siguen su propia lógica buscando aumentar su ganancia a costa de nuestro trabajo. En nuestras manos está darle la vuelta a la situación, eligiendo lo necesario, organizarse y luchar por un sistema en el que los trabajadores tomemos las riendas de nuestro propio presente y futuro, por un país para la clase obrera.
¡Adelante con la huelga en Avon! ¡Viva la lucha de la clase obrera!