Vivimos una ofensiva general contra el sistema público de salud, donde se pone en riesgo la salud de la clase obrera y el pueblo trabajador para garantizar mayores cotas de negocio a un puñado de grandes capitalistas, especuladores y aseguradoras privadas.
No se trata de algo exclusivo de la Comunidad de Madrid, ya que en otras regiones como Andalucía, Castilla y León, Galicia o Cataluña también se suceden las movilizaciones contra procesos de privatización de la Sanidad Pública similares al que sufrimos en Madrid. Una vez más ante una coyuntura de crisis capitalista, quienes gobiernan al servicio de oligarcas y parásitos apuestan por ofrecerles oportunidades para aumentar sus ganancias a costa de desmantelar unos servicios públicos básicos para la mayoría social. El gobierno de Ayuso con el apoyo de sus socios de Vox ha acelerado este proceso que vivimos desde hace décadas, a través de distintos mecanismos como privatizaciones, externalizaciones y el modelo de colaboración público-privado, con nefastas consecuencias que vivimos a diario en ambulatorios y hospitales.
Frente a esta ofensiva el pueblo trabajador madrileño lleva cerca de 3 años movilizándose, tanto en los barrios y pueblos como en las grandes manifestaciones que sucesivamente recorren el centro de la capital. Esta movilización popular debe ser reforzada desde la lucha unitaria de las plantillas del sector, superando los intereses corporativos y las divisiones sindicales existentes, avanzando hacia una amplia movilización general que doble el brazo de un gobierno regional que ya da ciertas muestras de agotamiento. El PCTE llama a la unidad de todos los sectores sociales y sindicales movilizados en la defensa de una sanidad pública, gratuita, universal y de calidad.
No es casualidad que ante la cercanía de las elecciones autonómicas y la importante presión popular el gobierno se haya plegado ante las reivindicaciones corporativas de AMYTS, que ha optado por vender la lucha en defensa de la Sanidad Pública a cambio de mejoras salariales exclusivas para el personal médico. El acuerdo alcanzado entre AMYTS y Ayuso no resuelve en absoluto los problemas existentes en el sistema sanitario y está sirviendo al gobierno regional como elemento de desmovilización de las plantillas y desactivación de la lucha popular.
Una vez más quedan patentes las enormes limitaciones, carencias y peligros del corporativismo sindical, tan extendido en el sector sanitario madrileño, que pugna exclusivamente por mejoras para una parte de las plantillas, abandonando por el camino al resto de trabajadores del sector y al conjunto del pueblo. El PCTE llama a todos los trabajadores y trabajadoras, sanitarios y no sanitarios, a reforzar las organizaciones sindicales de clase y a implicarse decididamente por dotarlas de una orientación combativa, militante, unitaria, sociopolítica, democrática, asamblearia y participativa.
Advertimos también del riesgo que supone que la lucha se desarrolle exclusivamente bajo el marco de “echar a Ayuso”, un marco de movilización muy limitado en la reivindicación y supeditado al interés electoral de las fuerzas socialdemócratas. El problema fundamental no radica en la figura al frente de un gobierno profundamente anti-obrero y anti-popular, sino en el interés de clase que se esconde tras cada una de las medidas que pone en marcha. El debate no es si hay que echar a Ayuso y su gobierno -algo evidente y que el PCTE comparte plenamente- sino hacia donde debemos dirigir la lucha en defensa de una Sanidad Pública al servicio de la mayoría social trabajadora.
El PCTE llama a la clase obrera y el pueblo trabajador madrileño a continuar movilizándose bajo un programa independiente de reinvindicaciones que represente los intereses objetivos de la mayoría social, en abierta oposición al interés de los grandes monopolios del sector, rentistas y aseguradoras privadas que parasitan los servicios públicos. En este sentido desde el PCTE reivindicamos:
▪ Contratación de todo el personal necesario para cubrir las necesidades asistenciales existentes en todas las áreas y especialidades sanitarias.
▪ Elevación de los salarios del personal sanitario y no sanitario al IPC, que garantice la no pérdida de poder adquisitivo de todas las plantillas.
▪ Reconocimiento de los derechos laborales históricamente reivindicados por los distintos grupos profesionales del sector (jubilación anticipada, jornada de 35 horas, reconocimiento como personal sanitario a todo el personal, etc).
▪ Fin al sistema de explotación del personal residente, garantizando plenamente su derecho al aprendizaje y al descanso.
▪ Fin del modelo de colaboración público-privada y expulsión de todas las empresas privadas del sistema público de salud.
▪ Recuperación sin indemnización de todos los servicios externalizados y privatizados, garantizando la subrogación de las plantillas.
▪ Expropiación sin indemnización de todos los recursos sanitarios en manos privadas para su plena integración en el sistema público.
▪ Reorganización de todo el sistema sanitario bajo criterios que primen el interés de la mayoría social y garanticen la plena atención a todos los niveles.
▪ Articulación de mecanismos de control democrático de las plantillas sobre la organización y dirección de la sanidad pública.