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El Metro es un elemento neurálgico para el transporte de viajeros en Madrid, 657 millones de viajes en 2018 así lo atestiguan. Se trata de una empresa pública que, a pesar de financiarse con el dinero de nuestros impuestos y el coste de los billetes que abonamos los usuarios, cada vez presta un peor servicio en favor de las empresas que parasitan los elementos privatizados.

Los recortes en trenes y personal, las privatizaciones y la mala gestión en Metro de Madrid provocan interminables esperas, averías, fallos técnicos, obras inacabables, cierre de líneas y estaciones, altas temperaturas, masificación, problemas de limpieza, de seguridad y de salud para trabajadores y usuarios, especialmente con la presencia del amianto.

La inversión en la red de Metro es absolutamente insuficiente, lejos aun del presupuesto de 2009 previo a los recortes. La prioridad de la compañía -lejos de las necesidades reales de los madrileños- ha sido la obtención de beneficios aumentando tarifas y recortando en inversiones y mantenimiento para así hacer frente al pago de la deuda, que asciende a 637 millones de euros al cierre de 2018.

La sombra de la privatización completa de la red de Metro está presente. El  método de saneamiento de la deuda y el empeoramiento del servicio se asemejan peligrosamente al esquema privatizador de los servicios públicos seguido en otros sectores. Además, el gobierno de Ignacio González (PP) ya exploró esta posibilidad, por lo que no podemos descartar ningún escenario.

Los acuciantes problemas medioambientales de la capital han colocado la movilidad sostenible en el centro del debate. Lejos de medidas que sitúan toda la responsabilidad en el comportamiento individual sin ofrecer mejoras en la red pública de transporte, debemos apostar por un transporte público de calidad -dentro del cual el Metro debe jugar un papel estratégico- como elemento prioritario para articular una movilidad más sostenible y saludable en Madrid y su área metropolitana.

En este contexto, donde un servicio público esencial para Madrid se orienta a la obtención de beneficios empresariales y no al del interés general de la mayoría social, es necesario impulsar una amplia movilización popular en defensa de Metro y en apoyo de las justas reivindicaciones laborales de la plantilla. Frente a los nefastos resultados de su gestión, reivindicamos un Metro orientado al interés del pueblo trabajador a través de:

 

  • Compra de nuevos trenes y refuerzo de las plantillas en todas las categorías.
  • Aumento de la frecuencia de paso y reducción de los tiempos de espera.
  • Mejora en el mantenimiento para evitar averías, cierres de líneas y estaciones y mayor previsión para acometer obras de mejora.
  • Erradicación del amianto en toda la red de Metro.
  • Garantía de una accesibilidad universal en toda la red.
  • Revertir la privatización de los servicios externalizados.
  • Ampliación de la red de metro con nuevas estaciones y apertura en horario nocturno, sobre la base de una nueva organización acompañada de las medidas necesarias para que dicha apertura no recaiga en una mayor explotación de la plantilla.
  • Integración plena de los tramos con particularidades y nacionalización del metro ligero.
  • Unificación de todas las zonas tarifarias en un abono único por un precio no superior al 2% del SMI y gratuito para para desempleados, estudiantes y pensionistas.

 

Por un transporte público al servicio de la clase obrera