Los delegados y las delegadas de la I Conferencia Territorial del Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE) en Castilla y León, reunidos el 12 de marzo de 2022, manifiestan su preocupación por la situación de miles de familias obreras en nuestra comunidad debida a la subida generalizada de los precios y, especialmente, la factura de la luz y los combustibles.
Castilla y León ha sido históricamente uno de los principales focos de producción energética en España. A pesar del cierre en la última década de la central nuclear de Garoña y de las centrales térmicas de Compostilla, La Robla y Velilla del Río Carrión, nuestra comunidad sigue estando a la cabeza en el sector con la instalación de parques eólicos y fotovoltaicos y el aprovechamiento de los importantes recursos hídricos existentes. Nada de ello produjo, sin embargo, beneficio alguno para los trabajadores de nuestra comunidad.
El precio de la luz, que en 2022 ya ha alcanzado picos de más de 500 euros por megavatio-hora, refleja la enorme dependencia de los combustibles fósiles del sistema eléctrico español, aunque la “transición energética” se emprendió en nombre de una supuesta lucha contra el cambio climático. Decenas de macroproyectos renovables ya aprobados o actualmente en trámite, promovidos por grandes empresas y generosamente subvencionados por la administración pública, se sitúan en espacios de extremada sensibilidad ambiental pese a la oposición vecinal. Embalses como los de Ricobayo (Zamora), Aguilar (Palencia) o El Burguillo (Ávila) fueron vaciados deliberadamente por parte de los monopolios eléctricos españoles en plena subida de precios para optimizar sus beneficios. A pesar de toda la retórica de “defensa del medio ambiente”, a pesar del abuso en los medios de términos como “ecológico”, “verde” y “eco-friendly”, en nuestra comunidad hay ejemplos sobrados de que el capitalismo es incompatible con la naturaleza.
Al mismo tiempo, en los últimos años hemos participado en distintas luchas obreras en el sector de las renovables, destacando las que se dieron en las multinacionales Vestas, Jupiter Bach y LM Wind Power, todas ellas relacionadas con la deslocalización de la producción a lugares más rentables —suponiendo la pérdida de miles de puestos directos e indirectos— y con recortes en derechos laborales en un sector estratégico para la economía del país. El capitalismo demuestra que también es incompatible con unas condiciones de trabajo dignas para la clase obrera.
Los datos, a mediados de febrero de 2022, ya señalaban más de 150.000 familias castellanas y leonesas incapaces de pagar el consumo eléctrico necesario para mantener la temperatura en sus hogares. Un mes después, la factura de la luz se ha duplicado, lo que afectará a cada vez más familias obreras. Toda la electricidad producida y consumida en nuestra comunidad sirve para aumentar los milmillonarios beneficios de unos pocos monopolios energéticos, a costa de los millones de personas que conformamos la mayoría trabajadora en Castilla y León.
Los delegados y delegadas de la I Conferencia del PCTE en Castilla y León expresamos con rotundidad que es hora de acabar con esta situación y hacer que nuestra comunidad produzca energía para satisfacer las necesidades de nuestro pueblo y nuestra clase, para conseguir una calidad de vida para los trabajadores que actualmente nos niega el modelo de producción capitalista. Los y las comunistas del PCTE en Castilla y León declaramos nuestra voluntad de organizar y movilizar a la clase obrera en nuestros barrios, en base a las justas reivindicaciones contra el precio de la luz y el empobrecimiento generalizado al que nos condena el capitalismo, y también a orientarla en la construcción de la única alternativa posible para nuestra clase: el socialismo-comunismo.
¡Organicémonos contra la carestía de la vida!
¡Hagamos que Castilla y León produzca energía para la clase obrera!