Más de dos mil familias trabajadoras en Cantabria, solo de forma directa, han visto cómo diferentes empresas anunciaban a las puertas de la Navidad varios expedientes de regulación de empleo.
SEG Automotive, la antigua Bosch de Treto, ha propuesto un ERTE para cerca de 700 compañeros. Global Steel Wire (GSW) anunció un ERTE para otros 650 en Santander. SNIACE de Torrelavega sigue la senda con un acuerdo que afectaría a sus 455 trabajadores y trabajadoras. El ERTE de Ferroatlántica en Boo afectará a cerca de 70.
Por si lo anterior no fuera suficiente, alargando la larga trayectoria de destrucción de nuestra industria, con más de quince mil despidos a sus espaldas en diez años, la empresa Troquelmain, antigua CanDeMat de Maliaño, ha cerrado despidiendo a las 97 personas que formaban parte de la plantilla. Algo similar ha ocurrido en Roper de Camargo, con 21 despidos y 16 traslados.
Que en este final de año uno de cada veinte trabajadores asalariados en la industria de Cantabria esté afectado por un ERTE es un dato más que terrible. Es un hecho que debería poner en alerta a cualquiera. Sobre todo, cuando se comienzan a demostrar que algunos de ellos son totalmente injustificados, respondiendo a las habituales estrategias empresariales de dudoso beneficio para los trabajadores.
Sin embargo, las instituciones autonómicas (poco acostumbradas a rendir cuentas tras sus continuos fracasos en cualquier aspecto relacionado con el bienestar de las familias trabajadoras de Cantabria, siempre y cuando no signifique televisión, despilfarros absurdos, turismo y mucha caspa) se encogen de brazos como si no fuera cosa suya.
El Gobierno de Cantabria, con su nefasto consejero de Industria, Francisco Martín, y su presidente charlatán, Miguel Ángel Revilla, no ha dado ni una sola explicación con fundamento. Utilizaron toda su verborrea avisando de partidas presupuestarias millonarias aprobadas para la recuperación industrial y para garantizar aquellos titulares que aseguraban el crecimiento y desarrollo industrial, repetían el mantra de la creación de empleo y anunciaban mucho futuro, cuantiosa inversión y abundantes sinergias.
El escenario de futuro Gobierno en España, con un pacto al que ya empieza a caérsele la careta, tampoco contribuirá a mejorar esta situación en nuestros tajos, pues no olvidemos que el PSOE es responsable a nivel estatal de la desindustrialización y de las reformas laborales, introdujo en nuestro país las Empresas de Trabajo Temporal, extendió el despido objetivo y sus nuevos socios de Unidas Podemos llegaron a la política para asaltar los cielos y terminaron arrastrándose por un sillón.
Jubilaciones aún más tardías, mayor temporalidad, más precariedad si cabe y todavía más recortes en servicios públicos serán las medidas que estará obligado a aplicar un futuro gobierno completamente dependiente de una UE que es la principal culpable de la desindustrialización en Cantabria y España.
La patronal y sus portavoces institucionales se van posicionando para afrontar una nueva crisis de sobreproducción y sobreacumulación del capitalismo que volverán a cargar sobre las espaldas de las familias trabajadoras si no lo impedimos. Advertimos al conjunto del pueblo trabajador en Cantabria que toda medida que no contribuya a mejorar nuestras condiciones de vida las empeorará irremediablemente.
Instamos a las organizaciones sindicales de Cantabria a reconducir, en beneficio de los trabajadores y trabajadoras de Cantabria, la Estrategia para el desarrollo y crecimiento industrial de Cantabria hasta 2030, que hasta ahora no es más que un nuevo brindis al sol redactado por los responsables políticos e institucionales de las mismas empresas que nos han arrastrado hasta esta situación.
El Partido Comunista se solidariza con todos los compañeros y compañeras afectadas por los expedientes de regulación y mostramos nuestro apoyo incondicional a todas aquellas medidas de lucha en defensa de los puestos de trabajo que decidan emprender sus comités de empresa.
Utilicemos toda la experiencia heredada de la historia de lucha y combatividad de nuestra clase en Cantabria por la defensa de nuestras fábricas, nuestros puestos de trabajo y nuestros derechos para plantar cara a quienes han estado recogiendo beneficios a costa de nuestro sudor y nuestra incertidumbre durante décadas.
Ante esta situación, el PCTE en Cantabria, lejos de proponer parches temporales a esta situación, hace un llamamiento a levantar las banderas de lucha en nuestros centros de trabajo frente a una patronal que sólo buscar obtener un mayor beneficio que conllevará el empeoramiento de las condiciones de vida de las familias trabajadoras en el actual escenario de propiedad privada de las empresas. Si queremos una verdadera soberanía industrial y energética que sea respetuosa con nuestro entorno y garantice unas condiciones de vida dignas, para la clase trabajadora sólo puede caber un escenario de nacionalización de los sectores estratégicos de la producción. Esa es la verdadera clave.
Ha llegado el momento de que comiencen a comprender que, si todo lo producimos absolutamente todo lo hemos de decidir. Mientras que los capitalistas, empresarios y sus representantes políticos de uno u otro color nos roban día tras día y tratan de dividirnos, el Partido Comunista hace un llamamiento a todo el pueblo trabajador en Cantabria a sumarse a esta lucha en defensa de nuestra industria y los puestos de trabajo, iniciando un nuevo ciclo de movilizaciones que nos lleve a organizar una contundente, y cada vez más necesaria, huelga general en Cantabria.
En Santander, a 18 de diciembre de 2019.
Comité de Cantabria.
Partido Comunista de los Trabajadores de España.