La Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria deja la formación, educación y sensibilización sobre la prevención de las adicciones en los jóvenes en manos de las casas de apuestas. Mientras el porcentaje de menores que apuestan a juegos de azar no para de subir en Cantabria, el Gobierno solo actúa para dejar al lobo a cargo del rebaño.
En el marco de la nueva ley del juego recién aprobada por el gobierno cántabro, la consejería establecerá un convenio de colaboración con la patronal del juego, es decir, un acuerdo con los capitalistas para que las casas de apuestas que saquean los bolsillos de miles de personas, especialmente de jóvenes de clase obrera, participen en los centros educativos. Dicho de otra manera, proponen que sean los empresarios que se lucran con el juego… ¡quienes protejan a los jóvenes del juego!
El negocio es vergonzoso y demuestra una vez más que bajo un velo de buenas intenciones, los capitalistas son capaces de sacar adelante las medidas más criminales contra nuestra clase social. Ceder espacios en nuestros centros educativos a los empresarios no es una solución.
La única ley que necesita el juego en Cantabria es la que exige la clase trabajadora: prohibición del juego y expropiación de los capitalistas que se lucran con nuestra miseria.
¡Con nuestra vida no se juega! ¡Fuera las casas de apuestas de nuestros institutos! ¡Fuera las casas de apuestas de nuestros barrios!