El partido de Revilla lo ha vuelto hacer. La Consejería de Educación que lleva Marina Lombó, miembro del PRC, publicó el 24 de enero una nota en la web invitando a los docentes a una charla online titulada Cómo identificar conductas autolesivas y cómo intervenir en ellas. Plan de actuación desde los centros educativos.
La idea, a priori, podría parecer buena. Dado la terrible situación que viven muchos jóvenes de nuestro país en lo referente a su salud mental, ¿cómo no alegrarse de que los docentes se formen para evitar el suicidio? Sin embargo, la iniciativa no deja de ser un tremendo acto de populismo por cinco grandes motivos.
En primer lugar, porque un profesor por muy formado que esté no deja de ser un docente y no un psicólogo. ¿Debe estar entre las tareas de los equipos docentes de los centros el ser capaz de diagnosticar a un alumno? ¿No es acaso responsabilidad de la Consejería de Educación dotar a los institutos precisamente de la figura que está formada y capacitada para ello, como son los orientadores educativos? Pues basta observar cómo en la especialidad de Orientación Educativa salieron para toda Cantabria apenas doce plazas en las oposiciones de este año.
En segundo lugar, porque la atención a la salud mental del alumnado se debe garantizar desde el Sistema Cántabro de Salud. Y no es ninguna noticia la tremenda falta de psicólogos del que adolece la sanidad pública desde hace años. La Consejería de Sanidad, a propósito, está en manos del PSOE, actuales aliados del PRC, y que tanto cacarean a nivel central junto a Unidas Podemos por la poca atención a las necesidades mentales de la población.
En tercer lugar, y como ya es tremendamente habitual, la consigna de atender a la diversidad del alumnado, en el que tanto incide la consejera, no es más que pura retórica. ¿Cómo se va a atender correctamente a los estudiantes si sigue habiendo ratios de alumnos por aula absurdas? ¿Cómo se va a atender correctamente a los estudiantes cuando todas las medidas contra el covid pasan por pasar la pelota a los equipos directivos de los centros y decirles “buscaos la vida”? ¿Acaso la falta de medidas en los centros educativos no está teniendo consecuencias en la salud mental de los trabajadores de la enseñanza y en los alumnos?
En cuarto lugar, el anuncio de la consejería es una ocasión más que aprovechan para hacer publicidad a sus amiguitos, pues el curso, como dejan bien claro en la web institucional, lo dirige la Fundación Botín.
Finalmente, en quinto lugar, da la sensación de que además de ser tremendamente populista, el curso es vergonzosamente inútil. Y no solo porque es absurdo pretender que un docente sea capaz de aprender a detectar síntomas de suicidio con una charla de apenas una o dos horas (que, por supuesto, tendrá que ver en su tiempo libre), sino porque muestra la escasa voluntad y la nula capacidad para afrontar las condiciones materiales que están a la base de los problemas de salud mental de la clase obrera de nuestro país. ¿Cómo se pretende que esté mentalmente sano un adolescente que ve a su familia en ERTE o luchando a duras penas por pagar el alquiler, la luz o el agua; que acude a clase sabiendo que su salud no es ninguna prioridad para el gobierno de los capitalistas? ¿Cómo se pretende que no tenga problemas de salud mental quien estudia sabiendo que el futuro que le propone el capitalismo es el de la precariedad, el de la miseria?
Los adolescentes de Cantabria no necesitan que sus profesores se conviertan en psicólogos: necesitan el fin del capitalismo.