Después de más de una semana de huelga indefinida en Aspla, comienza a quedar patente el nerviosismo de la empresa: a las más que seguras presiones de clientes e intermediarios se abre un nuevo frente con los comunicados de prensa interesadamente inexactos.
Durante casi un año, la empresa no ha tenido prisa por alcanzar un acuerdo que sea considerado suficiente para los trabajadores, puesto que la producción seguía adelante y no era la cesta de la compra de los empresarios la que iba perdiendo contenido a medida que aumentaba la carestía de la vida. Pero las prisas llegan ahora que la plantilla está unida, la producción no sale y, en consecuencia, son las cuentas bancarias de la empresa las afectadas. Cuentas que, por cierto, obtuvieron beneficios récord en el año 2022, rondando los 25 millones de euros.
Ante la dureza económica, climática y psicológica de una huelga indefinida y del piquete continuo a pie de portilla para cualquier familia trabajadora, que la empresa muestre públicamente su nerviosismo solo puede interpretarse como un avance para nuestra clase en este conflicto. Pese a los intentos mediáticos de deslegitimar la protesta, la gran mayoría de familias trabajadoras de la comarca apoya esta lucha, y para muestra no hay más que ver como se ha compartido el vídeo que editamos el viernes pasado (aunque hayan recortado el nombre y símbolo de nuestro partido).
Compañeros de Aspla, con el comunicado de la empresa se nota que el miedo parece que ha cambiado de bando. La huelga está funcionando. La huelga les está haciendo daño. Este conflicto comenzó en cuanto el convenio caducó y solo la empresa es la culpable de haber llegado a esta situación.
Conociendo los datos de beneficios del último año, comprobamos el carácter absolutamente parasitario de los capitalistas. Por eso nuestros intereses como trabajadores son diametralmente opuestos a los de la empresa: ellos ganarán más solo a costa de continuar volcando sobre nuestras espaldas el incumplimiento de sus expectativas en las cuentas de resultados sin importar las consecuencias.
Ahora, con una huelga con total seguimiento por parte de una plantilla completamente unida, se vuelve a demostrar que si los trabajadores no producen no existen ganancias para los capitalistas. Esto es algo que no están dispuestos a tolerar, pues nuestra producción es su única forma de subsistencia y activarán todas las herramientas que estén en su mano para boicotear la huelga que, no olvidemos, es la mejor herramienta que tenemos los trabajadores para arrancar conquistas económicas de los capitalistas.
A los comunicados con información sesgada y victimista se les sumarán, sin mucho tardar, sus diferentes arietes políticos lanzando mensajes que busquen apagar el conflicto. Pero habrá que recordarles a todos ellos, que de nada han servido durante décadas salvo para inyectar miles de millones de dinero público a las empresas para que les sea rentable producir, es decir explotarnos, en nuestros territorios.
De nada servirá la reducción de salarios, de líneas de producción, regalar horas, volver a subvencionar la producción o cualquier otro parche temporal, pues los capitalistas seguirán apretando sin piedad.
Tal y como demuestran las huelgas, los capitalistas sobran de la ecuación y para superar de una vez por todas sus constantes embestidas, no podemos aceptar otra solución: debemos exigir el control obrero sobre la producción. Los trabajadores no necesitamos de nadie más para subsistir.
Así las cosas, los trabajadores en Cantabria han demostrado en los últimos años que el camino es sencillo: no confiar en ningún gobierno, confiar solo en nuestras propias fuerzas y pelear con decisión por cada céntimo de la riqueza que producimos. Y los trabajadores de Aspla han puesto de manifiesto que hace falta movilización y piquete, que hacen falta secciones sindicales combativas en cada fábrica y taller, que son necesarios comités de empresa y de huelga dispuestos a defender hasta las últimas consecuencias los intereses de la clase trabajadora.
Es necesario que la movilización se extienda a todos los sectores, unificando esas luchas que la clase obrera ha levantado en Cantabria en los últimos tiempos, así como en el resto del país, con ejemplos como la huelga del metal, de las conserveras, de los servicios de mensajería, del telemarketing, de correos, del sector de TIC y consultoría… La unidad de la clase obrera permite mejorar las condiciones de vida para todo el conjunto de los trabajadores.
¡Adelante con la huelga!
¡Con nuestro pan no se juega!
¡Que viva la lucha de la clase obrera!
Comité de Cantabria
5 de febrero de 2022