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Creemos que la Unión Europea (UE) se alinea con los intereses del capital, promoviendo medidas que favorecen los monopolios, la concentración de capital y la centralización. Es la unión del capital europeo. La UE es un bloque económico, político y militar imperialista, contrario a los intereses de la clase trabajadora y de las capas populares.

Refuerza características como el militarismo, el autoritarismo y la represión estatal, al tiempo que limita los derechos soberanos. Nuestra valoración identifica a la UE como el centro imperialista europeo, apoyando planes agresivos contra los pueblos y alineándose con EEUU y la OTAN.

Aunque la UE consiguió ocultar su naturaleza genuinamente antipopular tras una fachada de prosperidad durante un período significativo, las últimas décadas han puesto innegablemente al descubierto la realidad. La llamada «prosperidad» y los aparentes beneficios para los trabajadores y las masas eran esencialmente un cebo, que los atraía a una trampa que intensificó los ataques contra sus derechos, especialmente después de 1990 en toda la UE.

En el contexto actual, ¿qué significa «prosperidad»? Se traduce en la erosión de los horarios laborales diarios estables, el desempleo generalizado, el subempleo y el aumento de la flexibilidad, unas pensiones exiguas que conducen a privaciones, a la desintegración de los sistemas públicos de salud y al aumento de los costes para la clase trabajadora y las capas populares.

La credibilidad del «proyecto europeo» se ve socavada por las crisis económicas, la mala gestión de la pandemia del coronavirus, así como el aumento del coste de la vida por culpa de políticos ineptos. ¡Afirmamos que la lucha de clases contra la UE, los gobiernos y las directivas antiobreras que imponen la ley de la selva en el trabajo debe intensificarse bajo estos desarrollos!

Un euroescepticismo simplificado que puede llevar a ilusiones y desembocar en nacionalismo y soberanismo no es la solución para la clase obrera. La única salida para la clase obrera es el socialismo-comunismo. Creemos en un camino alternativo para el pueblo. La visión de una Europa diferente, que haga hincapié en el bienestar de la población, el progreso social, las libertades democráticas, la colaboración justa, la paz y el socialismo, está iluminada por las luchas actuales de la clase obrera.

Creemos en la necesidad de una lucha decidida contra cualquier forma de administración burguesa dentro del sistema de explotación, ya sea liberal o socialdemócrata. Este esfuerzo requiere una oposición firme al oportunismo, que se manifiesta como la influencia de la ideología burguesa en el movimiento obrero. No puede lograrse sin oponerse activamente, resistir y desobedecer la estructura capitalista reaccionaria de la UE y desafiar todas las directivas antipopulares de la Comisión Europea. Nuestra lucha se dirige contra la explotación capitalista, con el objetivo de instaurar el socialismo-comunismo. En última instancia, la principal tarea internacionalista de todo Partido Comunista consiste en un trabajo serio y persistente en su propio país como contribución a la lucha internacional, mundial.

Nos dedicamos a atender las necesidades actuales de los trabajadores y las capas populares uniendo y fortaleciendo los movimientos obreros y sindicales, junto con otros movimientos populares. Nuestro objetivo es dirigir estos esfuerzos hacia una lucha colectiva contra los monopolios, el capitalismo, así como contra la UE y la OTAN.