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Este año, ponemos de relieve el 1 de mayo en condiciones difíciles, en medio de la intensa agudización de las contradicciones dentro del sistema imperialista.

La constante escalada entre los bloques imperialistas del mundo tiene como resultado inevitable la agudización de la competencia; como todo monopolio necesita expandirse, acabará encontrando a otros monopolios que buscan hacer lo mismo. La lucha constante por el beneficio impulsa las políticas de la burguesía y sus gobiernos, y obliga a los pueblos a la militarización y al aumento de la explotación. El culpable es el propio sistema capitalista.

Este año, ponemos de relieve el 1 de mayo para mostrar el carácter de la guerra imperialista que se ha desatado sobre el pueblo ucraniano, que proviene de la lucha de la burguesía rusa por asegurar sus intereses en la lucha contra sus competidores: los EE.UU., la OTAN y la UE, que han extendido sus tentáculos tanto en Europa como en Asia. En esta lucha no hay más que una víctima: los trabajadores y el pueblo. Por eso reforzamos la lucha para desvincular a nuestros países del matadero de la guerra al que las clases burguesas y los gobiernos a su servicio arrastran a los pueblos.

La crisis en Ucrania, así como anteriormente en Kazajistán, tiene sus raíces en la contrarrevolución de principios de los 90; tiene sus raíces en el derrocamiento del socialismo. Esta gran tragedia, que resucitó el capitalismo en gran parte del mundo, hizo añicos el sistema que había permitido la coexistencia pacífica de estas naciones, las cuales habían sentado las bases para la erradicación de la explotación y el nacionalismo.

Ahora vemos con nuestros propios ojos lo que el capitalismo, que da lugar al fascismo y al nacionalismo, puede hacer; de qué horrores es capaz. Nuestra solidaridad está siempre con el pueblo, los explotados y los que están resistiendo.

Este año, ponemos de relieve el 1 de mayo en una situación en la que empeora rápidamente la posición de los trabajadores en todos los países. El precio de la luz, del combustible, de los alimentos y de otros productos de primera necesidad se dispara, creando al final una situación imposible para el pueblo trabajador. Esta es la estrategia de la UE y de los gobiernos en relación con la llamada transición verde, que llevó a la subida de los precios incluso antes de la guerra con el pretexto de la «protección del medio ambiente», al servicio de los intereses de los grupos empresariales. Asimismo, las duras medidas antilaborales, el desmantelamiento de los convenios colectivos, la generalización de la flexibilidad y el teletrabajo también sirven a los mismos intereses.

Ponemos de relieve el 1 de mayo para mostrar el único camino a seguir; para mostrar la completa bancarrota del sistema capitalista-imperialista, que impone a los pueblos del mundo la pobreza en lugar de la prosperidad, la guerra en lugar de la paz.

No elegimos entre los que roban a los pueblos del mundo; no elegimos entre diferentes formas de explotación. Elegimos nuestro propio futuro y lucharemos por él. Nosotros, los comunistas, estamos al frente de la lucha por elevar el grado de sindicación, por reagrupar al movimiento obrero en la lucha por sus derechos actuales. Nos inspiramos en los huelguistas de Chicago que abrieron el camino para que la clase obrera reivindique todo lo que le pertenece y que le es robado por un puñado de capitalistas.

Honramos y conmemoramos el 1 de mayo de este año, lo hacemos con una convicción más fuerte que nunca de que el socialismo sigue siendo el único futuro posible para la humanidad. Afirmamos que sólo hay una opción posible para los pueblos del mundo: Socialismo o barbarie.

¡Viva el 1 de mayo!

¡Viva el internacionalismo proletario!

¡Viva el socialismo!