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La nueva oleada de la pandemia por Europa es una realidad que no surge de la nada. Las afirmaciones de los gobiernos burgueses de que “tomaron medidas” y “blindaron los sistemas públicos de sanidad” tras la primera oleada de la pandemia, al igual que “en el trascurso de la pandemia la UE aprendió y se mantiene en solidaridad con los pueblos”, son mitos.

Siguiendo la nueva oleada de la pandemia, todas estas afirmaciones se desenmascaran y caen. El aumento de las muertes, casos y pacientes intubados revela la responsabilidad de la UE y las direcciones gubernamentales con el tiempo, lo que dejó a los sistemas públicos de salud privados de personal, infraestructura, UCI, reactivos y test.

Estas enormes deficiencias allanan el camino a los grupos empresariales de la sanidad privada que corren a aprovecharse de la preocupación y la enfermedad de los pueblos para obtener beneficios. Porque son los que se benefician de sus asociaciones doradas con las instituciones públicas, pero también por cobrar a los trabajadores por los test y tratamientos para el virus u otras enfermedades y dolencias que, independientemente de la pandemia, necesitan examen, tratamientos y cirugías con los cuales los hospitales, “para una sola enfermedad” del sistema público de salud, no pueden lidiar.

Los gobiernos y la gran patronal tienen enormes responsabilidades sobre los deficientes protocolos que están en consonancia con las prioridades del gran capital, la falta de medidas de protección básicas para los trabajadores en los centros de trabajo, la perpetuación de los problemas en las residencias de ancianos, las miserables condiciones de los refugiados y las estructuras para inmigrantes, colegios, medios de transporte, etc.

Mientras prosigue la explotación en todos los niveles, es inaceptable que la educación, la lucha por los derechos y la vida política y cultural se restrinjan en nombre de la pandemia.

Han pasado 7 meses desde el brote de la pandemia y siguen sin hacer nada para fortalecer de forma sustancial el sistema público de salud y abordar realmente las enormes carencias formadas por la política de comercialización, subfinanciación y falta de personal que han seguido los gobiernos y la UE. Basándose en el mismo criterio, que es el de coste-beneficio, han dejado sin protección a los centros de estudio. De forma provocativa, intentaron culpar al pueblo en nombre de la responsabilidad individual para justificar su política antipopular y sus enormes responsabilidades.

Las teorías de la conspiración son un suplemento útil para la política antipopular. En un momento en el que la desconfianza en el estado burgués y su administración crece de forma justificada y en el que la pandemia desvela la criminal insuficiencia de los sistemas sanitarios en todos los estados capitalistas, es desde luego un gran servicio al sistema atrapar al pueblo en un debate sobre la aceptación o el rechazo del uso de mascarillas o la existencia del virus.

Frente a esta política, los acontecimientos confirman la necesidad de seguir fortaleciendo la lucha de los pueblos por sistemas sanitarios exclusivamente públicos y gratuitos y por todas las medidas necesarias para proteger su salud y su vida.

Por el fortalecimiento del sistema público de salud con financiación total, contrataciones masivas e indefinidas de médicos y enfermeros, equipamiento moderno y requisamiento de las estructuras de la salud privada. ¡Por medidas inmediatas en centros de trabajo y de estudio, en medios de transporte y en todas partes en general!

La degradación que obliga a los médicos a elegir quién vive y quién muere y que lleva a los enfermeros a llevar bolsas de plástico para protegerse, y la situación general que afecta a la salud y la vida de los pueblos, demuestran que el auténtico virus y el enemigo visible es el propio capitalismo.

El ejemplo de Cuba, así como la valiosa y generosa contribución de sus doctores militantes, es indicativo y expone en qué barbarie capitalista vivimos. La promoción de la superioridad del socialismo es más oportuna y necesaria que nunca, ya que sus logros en sanidad, educación, trabajo y derechos populares están a años luz de la selva capitalista. Es el mundo por el que merece la pena luchar para que el pueblo satisfaga sus necesidades contemporáneas.

 

Iniciativa Comunista Europea

23/10/2020