Contribución del PCTE la Teleconferencia de la ACE
Camaradas,
El 14 de mayo de 2024 se aprobó en el Consejo Europeo el “Pacto sobre Migración y Asilo”. Este pacto ha supuesto la promulgación de numerosos Reglamentos y Directivas que regulan la materia. Entre ellos: el Reglamento sobre Procedimientos de Asilo, el Reglamento sobre el Procedimiento Fronterizo de Retorno, el Reglamento sobre la Gestión del Asilo y la Migración, el Reglamento sobre Crisis, el Reglamento sobre el Reconocimiento y la Directiva sobre las Condiciones de Acogida y el Reglamento sobre el Reasentamiento.
A pesar de la propaganda oficial de la Unión Europea, y también de las controversias superficiales entre los partidos políticos burgueses, este conjunto normativo supone un incremento de la agresión contra los derechos de la clase obrera. En términos generales, supone el consenso de los partidos burgueses sobre sus puntos fundamentales.
Nos encontramos actualmente ante un contexto global de alta inestabilidad. El empobrecimiento constante de la clase obrera, la cercanía de otra crisis de sobreproducción, el cambio climático y las guerras imperialistas contribuyen a este contexto. En un contexto global de alta inestabilidad, se producen mayores desplazamientos de población. Se trata de trabajadores que huyen de la pobreza, pero también de las guerras y de los abusos.
La Unión Europea tiene una alta responsabilidad en esta situación. Esto es así porque sus países se encuentran en posiciones muy elevadas de la cadena imperialista. Nuestras empresas saquean los recursos de terceros países a través de la exportación de capital. Nuestros gobiernos contribuyen a desestabilizar política y militarmente estos países.
Nuestro Partido está denunciando que la Unión Europea capitalista no asume su responsabilidad. Esto no puede ser de otra manera, debido a su carácter de clase. Pero, además, se prepara para frenar el incremento de la inmigración que provocan sus políticas.
Con el Pacto de Migración y Asilo se profundiza en dinámicas muy negativas que ya existían, pero también aparecen nuevas y peligrosas situaciones. El Pacto supone un intento de la Unión Europea de centralizar la política contra la migración que el capitalismo provoca. Pero también demuestra claramente las contradicciones entre los países capitalistas que forman parte de la Unión.
Así, por ejemplo, la Comisión y el Consejo se reservan numerosas potestades, como aprobar la gestión de las situaciones de crisis, determinar qué países están “sometidos a presión migratoria”, aprobar el Fondo de Solidaridad y controlar su aplicación, etcétera. Pero, al mismo tiempo, se conceden numerosas facultades a los Estados miembro para poner condiciones a la política migratoria de la UE. Esto revela las tensiones internas entre estos países.
El PCTE, considera que Pacto agrava la situación de indefensión de los trabajadores migrantes cuando llegan a la Unión. Genera, en el seno de la clase obrera, la ficción jurídica de la “no entrada”, que permite despojar de derechos fundamentales a los trabajadores migrantes en la frontera durante largos períodos. Introduce el “screening” previo de los trabajadores migrantes. Este screening supone alargar los plazos antes de que empiece el trámite de asilo. También supone el registro de los datos biométricos de los migrantes en una base de datos única. Permite a los países miembro denegar el asilo a los trabajadores migrantes bajo el pretexto de la “seguridad nacional” y del “orden público”.
Además, se abre la puerta a la “negociación” respecto a los trabajadores migrantes. Su trato como mercancía. Los países que no están en situación de “presión migratoria” pueden, de facto, renunciar a la recolocación de trabajadores de los países fronterizos de la UE, cambiándolo por aportaciones económicas.
Se fomenta la inversión, incluso conjunta de diversos países de la UE, en terceras naciones fuera de la Unión Europea para construir una “frontera exterior”. En la práctica, se trata de financiar a países con regímenes autoritarios, como Libia, Túnez o Marruecos, para que paren la avalancha migratoria al servicio de la UE.
España es uno de los países de la UE que, previsiblemente, entrará dentro de la categoría de “país bajo situación de presión migratoria”. En las últimas semanas se ha producido un aumento exponencial de la llegada de trabajadores migrantes a las costas de las Islas Canarias.
Este incremento de la llegada de migrantes ha desatado una crisis política en España, elemento que estamos utilizando para ampliar los lazos políticos de nuestro partido con la clase obrera nacional y migrante. Los actores implicados -el gobierno autonómico de las Islas Canarias, el Partido Socialista en el Gobierno y el Partido Popular, principal partido de la oposición- han utilizado diversos argumentos. El Partido Popular acusa al Partido Socialista de “renunciar a la ayuda europea”. Con esto, se convierte en un ariete discursivo para justificar la aplicación del Pacto mencionado. Pero el Partido Socialista contribuye en la práctica, desde el Gobierno, a la aplicación de dicho Pacto. En 2023, el Ministerio de Interior viajó numerosas veces a Senegal para afianzar este país como una de las “fronteras exteriores” de la Unión Europea. También Pedro Sánchez, el Presidente del Gobierno, viajó a Mauritania recientemente con Úrsula Von der Leyen con idéntico propósito.
En España, señalamos como Partido que los partidos burgueses convierten la cuestión migratoria en un eje central de su discurso. De fondo, existe un consenso: reforzar la política de la Unión Europea en la materia. También los partidos nacionalistas periféricos contribuyen al fortalecimiento de este discurso, desde una perspectiva diferente: intentar desacreditar al Gobierno central y exigir competencias autonómicas en la gestión de la llegada de migrantes. No obstante, están completamente de acuerdo con los partidos estatales en lo que se refiere a la aplicación de la política europea.
En definitiva: existe una ofensiva europea para centralizar la política migratoria, en clave reaccionaria. En esta ofensiva, vemos contradicciones entre los países capitalistas. Dentro de los países capitalistas, también contradicciones discursivas entre los partidos burgueses. Pero, de fondo, el conjunto de los partidos burgueses y de los países capitalistas están de acuerdo en lo esencial: acelerar los procesos de devolución en caliente, despojar a los trabajadores migrantes de sus derechos fundamentales al llegar, entorpecer y ralentizar los procedimientos para la concesión de asilo o protección subsidiaria.