Los últimos acontecimientos, con miles de refugiados e inmigrantes atrapados en las islas del Egeo y en la frontera greco-turca de Evros, confirman una vez más que la política de la UE y la OTAN que los gobiernos griegos han secundado y a la cual se han adherido fervientemente es, por un lado, responsable de la disolución de países y del desarraigo de sus gentes y, por otro lado, del encierro de estas personas en islas y fronteras. Esta política ha allanado el camino para que Erdoğan intente imponer sus propios objetivos, usando la crisis de refugiados como vehículo.
Si ahora no se disputa y se confronta con esta política, con las Regulaciones de Dublín y de los acuerdos entre la UE y Turquía, entonces ninguna campaña de denuncia, ninguna voz hipócrita de sensibilidad y compasión de los mandos de la UE, y ninguna misiva gubernamental de supuesta solidaridad desde la UE, será capaz de lidiar con la exacerbación del problema.
Lo que ocurrirá es que el número de muertos aumentará, entre ellos niños, puesto que refugiados e inmigrantes buscarán rutas de escape aún más peligrosas y serán presa de traficantes y gobiernos como el de Erdoğan,que los explota para sus propios juegos geopolíticos, pero también para chantajear a la UE-OTAN-EEUU a cambio de más transacciones con el objetivo de apoyar la invasión de Siria.
En la reunión especial de embajadores de la OTAN, donde Turquía pidió ayuda de la OTAN para mantener la ocupación y en esencia para anexionar territorio sirio que ha sido invadido ilegalmente, la presunta respuesta del gobierno Griego fue limitarse a plantear la cuestión del respeto por parte de Turquía al acuerdo UE-Turquía sobre los refugiados. Si éste es el caso, supone un gran peligro, ya que esencialmente condona la posición agresora de la burguesía turca a expensas de los derechos de soberanía de otros países así como la quiebra de acuerdos que fijan fronteras como es el Acuerdo de Lausana. Las consecuencias de todo esto las pagan los pueblos.
Por ello, en vez de pavonearse frente a refugiados e isleños indigentes y ahogados, el gobierno de Nueva Democracia (ND) debería de mostrar un poco de genio frente a la UE y la OTAN, que ven la invasión turca de Idlib como “justa”, proporcionando así a Erdoğan una coartada para explotar a refugiados e inmigrantes en beneficio de la clase dominante turca. Llamamos al gobierno de ND a retirarse del Convenio de Dublín y a exigir la anulación de la Declaración Conjunta UE-Turquía que convierte Grecia en un almacén de almas, así como a que los refugiados alcancen sus países de destino.
En Evros y el Egeo los enemigos del pueblo griego no son las víctimas de la barbarie capitalista, aquellos desarraigados por las guerras y las intervenciones lanzadas por los EEUU, la OTAN y la UE, con el apoyo de los sucesivos gobiernos griegos, en beneficio del capital griego. El enemigo es la política que por un lado apoya guerras imperialistas, incrementando las oleadas de refugiados, y por el otro lado convierte a Grecia en un estado prisión para proteger la “fortaleza” de la UE.
La necesaria vigilancia en la frontera de Evros no puede ser excusa para legitimar las voces y las accionesde la extrema derecha, abiertas o encubiertas, promovidas por los epítetos racistas de ministros, de manera que los perpetradores de esta política queden indemnes. Las voces reaccionarias y xenófobas que buscan poner al pueblo griego en contra de las víctimas, refugiados e inmigrantes, acaban por convertirse en el mejor aliado de aquellos que crean y sostienen el problema, acaban por convertirse en el mejor aliado del gobierno de Erdoğan, que está intentando usar a estas personas para sus propios propósitos.
A este respecto, nos oponemos a las medidas anunciadas por el gobierno del ND y las consideramos un callejón sin salida. En concreto, la exigencia de aplicación del Artículo 78 (3) del “Tratado de Lisboa” para la participación de la Guardia de Fronteras y Costas Europea (Frontex), esto es, grupos militares extranjeros de intervención rápida que vigilan la frontera griega, está avanzando en una dirección peligrosa y va a complicar la situación. Al fin y al cabo, la participación de la OTAN y de la Frontex en el Egeo no ha traído ninguna solución hasta la fecha. De hecho, ha sido justo al revés.
Llamamos al pueblo griego, especialmente al pueblo de las islas y las regiones fronterizas, a organizar su lucha, centrándose en aquellos que son responsables así como en las causas que están en la raíz del problema. A aislar tanto al nacionalismo reaccionario como a la represión, así como al peligroso cosmopolitismo de la teoría de las “fronteras abiertas”. A los pueblos a la solidaridad entre ellos y a la forja de una alianza en sus luchas contra los gobiernos burgueses y sus socios imperialistas.
Las necesidades del momento actual son:
- La abolición del Convenio de Dublín y de la Declaración Conjunta UE-Turquía, que es inefectiva y de todos modos está inactiva.
- Cerrar todos los campos de refugiados en las islas del Egeo y no crear nuevos, ni abiertos ni cerrados.
- Liberación inmediata de los refugiados de las islas y aplicación de procedimientos por la vía rápida para que lleguen a sus países de destino.
- Organización de procedimientos de asilo por parte de la UE y Naciones Unidas, dentro de Turquía y en la frontera con Grecia y Siria, y el traslado directo de refugiados a sus países de destino. Esta medida puede apoyar el derecho de protección de los refugiados bajo las convenciones internacionales.
- El fin de toda participación, apoyo e intervención en las acciones y operaciones de la OTAN, los EEUU y la UE en la región de Oriente Medio que sustentan la invasión turca de Siria, las intervenciones en Libia, y que perpetúan la guerra y el desastre.
Atenas, 3 de marzo de 2020.
Buró Político del Comité Central del KKE