Desde el PCTE hemos recibido el hipócrita comunicado que la empresa Stellantis (antes PSA y General Motors) ha remitido a la plantilla, tratando de hacer caer sobre sus hombros el peso de la culpa ante un supuesto alza en las bajas médicas en la empresa.
Decimos hipócrita porque no se puede denominar de otra manera a un comunicado que pretende culpabilizar a una plantilla que cada vez sufre empeoramientos cada vez más graves en sus condiciones de trabajo, aumentando los ritmos, reduciendo los descansos y generando dinámicas de trabajo a demanda, tan tristemente conocidas en nuestra realidad laboral actual. Esta pérdida de derechos está directamente relacionada con los problemas de salud de la plantilla, no únicamente fomenta la aparición de un mayor número de lesiones en articulaciones debido al incremento del ritmo de trabajo y la reducción del descanso sino también estimula problemas de salud mental como el estrés, la ansiedad y la depresión debido a la extrema temporalidad, los paros técnicos y la inestabilidad en los ingresos de los trabajadores.
A este respecto cabe señalar también la práctica antisindical en los últimos años, la incapacidad de organización de la plantilla con tasas de afiliación más bajas que nunca y con convenios claramente a la baja en la última década. Mientras en la empresa la presencia sindical siga siendo casi anecdótica y su capacidad de trabajo se reduzca a la interlocución entre la empresa y la plantilla seguirá profundizándose en la pérdida de derechos de ésta última. Para ello es fundamental retomar herramientas básicas de unidad y lucha sindical como la asamblea donde sean los propios trabajadores y trabajadoras quienes fuercen a través de sus representantes sindicales, la consecución de mejoras en sus condiciones laborales.
Una vez más, con estas acciones, la empresa demuestra que para ellos las personas somos meros engranajes destinados a ser explotados hasta que nos rompamos, generando un clima de miedo y fomentando que una parte importante de la plantilla vaya enferma y lesionada al trabajo por miedo a las represalias, con todos los riesgos que ello conlleva. Ante esta actitud los trabajadores y trabajadoras debemos optar por una postura firme, anteponiendo siempre nuestra salud y la de nuestros compañeros y compañeras antes que los beneficios de una empresa.
Solo nos queda mostrar una profunda solidaridad de clase con toda la plantilla y animar a realizar acciones contra la actitud represora y acusadora de la empresa. Luchemos todos por un sistema que anteponga la seguridad y la salud a los beneficios económicos.