El grupo municipal de Zaragoza en Común en el Ayuntamiento de Zaragoza ha denunciado recientemente la situación en la que se encuentran una parte de las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio, dependiente de la concejalía de Acción Social y ha responsabilizado de la situación al actual concejal de dicha área Ángel Lorén (PP).
Sin negar la nefasta gestión de los servicios públicos municipales que está llevando a cabo el actual equipo de gobierno en el ayuntamiento de Zaragoza, debemos desenmascarar la hipocresía de la socialdemocracia.
Para entender la precaria situación laboral de las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio debemos tener en cuenta que el pliego de condiciones para la licitación de este servicio fue aprobado por la anterior corporación municipal, liderada precisamente por ZeC.
Dicho pliego de condiciones, fue denunciado en su momento por las trabajadoras ya que suponía la licitación con peores condiciones laborales del Ayuntamiento de Zaragoza. Una de las principales quejas fue que, a pesar de aumentar un 25% la partida presupuestaria para este servicio, este aumento apenas se vería reflejado en precio de la hora de trabajo. Además, se cambió la formula con la que sería adjudicado el servicio, pasando a puntuarse de forma desproporcionada las ofertas económicas más bajas, lo cual suponía que las empresas adjudicatarias eludirían cumplir con el convenio colectivo.
Es decir, se aprobaron unas condiciones para que el dinero público quedase en manos de las empresas privadas y para que además, este festín lo pagasen las trabajadoras mediante la pérdida de condiciones y derechos laborales, mediante unos salarios abusivos y mediante el incumplimiento del convenio colectivo. Esta es la forma de gestionar recursos públicos en el marco capitalista, ya sea una gestión liberal o socialdemócrata.
En este momento, nada le importó al grupo municipal de ZeC la mejora de las condiciones laborales de las trabajadoras. Ahora, una vez fuera del gobierno, arremeten de forma hipócrita enarbolando la defensa de los intereses de aquellas trabajadoras a las que condenaron a unas condiciones de trabajo precarias.
Si algo debe quedar claro es que de nada nos sirve a la clase trabajadora que los servicios públicos estén gestionados por representantes del capital. Debemos luchar por poner los servicios públicos bajo control obrero, para asegurar que cumplen su función de servicios esenciales y no se pervierten en una forma de revertir fondos públicos a manos privadas, que es su principal función en el sistema capitalista.
Sólo un sistema socialista-comunista puede garantizar unos servicios públicos de calidad al servicio de las clases populares. Hacemos por tanto un llamamiento al conjunto de la clase obrera y popular aragonesa a revitalizar el trabajo sindical y vecinal y muy especialmente el trabajo político mediante la organización en torno al Partido Comunista de los Trabajadores de España en Aragón.