Termina un curso escolar marcado por la caótica implantación de la nueva ley educativa, con peores condiciones tanto para el estudiantado, como para el personal docente en Cantabria. A pesar de que en uno de sus últimos discursos públicos, la consejera saliente Marina Lombó sacaba pecho por lo positiva que ha sido su gestión para la Educación Pública, solo basta hacer un breve repaso de sus “logros” para comprobar que durante su mandato se ha profundizado aún más en el proceso de mercantilización de la educación, que solo favorece los intereses económicos privados en un sector que, a día de hoy, es demasiado jugoso para los intereses capitalistas. Algunas de las hazañas de su gestión han sido:
- La privatización de la orientación educativa de los centros privados-concertados, dejándola en manos de estos, en lugar de profesionales de la Pública, como venía siendo hasta el momento. Conoce más sobre este problema pinchando aquí.
- La absoluta dejadez antes el ruinoso estado de instalaciones de centros educativos como las del IES Augusto G. Linares de Santander, en el cual se han desarrollado movilizaciones del conjunto de la comunidad educativa, o el IES Santa Cruz, de Castañeda.
- La presencia, cada vez mayor, de las empresas en los centros educativos, incluso cediendo sus espacios para promocionar sus productos o dirigir la educación a sus necesidades particulares. En este sentido, el auge de asociaciones como FPEmpresa, el avance de la FP dual, las prácticas gratuitas o la concepción de la FP como formación al servicio de empresas concretas, son claros ejemplos.
- El desarrollo de un procesos de estabilización con consecuencias nefastas, que va a provocar que cientos de docentes pierdan su trabajo, mientras que otros tendrán que emigrar a otras comunidades.
- Una integración de los profesores técnicos de FP en el Cuerpo de Secundaria, que discrimina a colectivos como el personal interino o las personas sin titulación universitaria.
- Una implantación caótica de la LOMLOE, que ha ocasionado auténticos quebraderos de cabeza para los docentes, fruto de la ausencia de formación para el conjunto del profesorado y herramientas que facilitaran su trabajo.
Si, como hemos visto con algunos ejemplos, la gestión educativa por parte del PRC ha sido nefasta para el alumnado y los docentes de la Educación Pública, el futuro próximo no es halagüeño. Las palabras del más que probable nuevo consejero del Partido Popular, Sergio Silva, dan a entender que se ahondará en estas problemáticas. Aunque afirme que una de sus medidas estrellas sea «simplificar la burocracia en la educación”, cabe suponer que sus auténticas iniciativas irán por otros derroteros: el nuevo gobierno seguirá poniendo en bandeja a la concertada la educación y continuará disminuyendo la capacidad de decidir de las estructuras de organización y representación de trabajadores y estudiantes como son los sindicatos y la Junta de Personal Docente. Tiempo al tiempo.
Con gobiernos de uno u otro signo político la educación está cada vez más ligada a los intereses empresariales y más separada de las necesidades reales de la clase obrera. Los trabajadores y los estudiantes no podemos esperar un cambio a mejor con ningún gobierno capitalista, independientemente de si su carácter es regional o no, o si se proclama de izquierdas. Solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas y en nuestra capacidad de movilización y de lucha.