Skip to main content

El 30 de diciembre de 2019 Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaban el acuerdo de “coalición progresista” que llevó, en enero de 2020, a la investidura del primero y a la conformación del primer Gobierno español de coalición tras la Transición.
Hoy, cuando se cumplen tres años de Gobierno PSOE-UP, el Comité Central del Partido Comunista de los Trabajadores de España considera necesario realizar una evaluación de estos 36 meses de gobierno y exponer sus puntos de vista sobre el efecto que ha tenido y está teniendo en las condiciones de vida y trabajo de la mayoría obrera y popular de nuestro país.

1)El Gobierno de coalición no ha alterado de ningún modo las bases sobre las que se sustenta la explotación en España.

El contexto en que se puso en marcha el Gobierno de coalición era el de una desaceleración económica que apuntaba a una nueva crisis, que serviría a los organismos capitalistas como la UE o el FMI, de acuerdo con los gobiernos de cada país, para lanzar una nueva campaña de exigencia de “reformas estructurales”, mayor flexibilidad interna en las empresas a favor de la patronal y más “apertura” del mercado laboral.

La crisis catalizada por la pandemia, que estalló en marzo de 2020, con toda su dureza y tras causar decenas de miles de fallecimientos en nuestro país, permitió al recién estrenado Gobierno desarrollar con rapidez todo un conjunto de medidas encaminadas a modernizar los mecanismos de explotación en España.

Las distintas propuestas recogidas en el acuerdo de Gobierno y las políticas que se han ejecutado a lo largo de estos años no han supuesto una alteración significativa de las condiciones en que se desarrolla la explotación capitalista en España. Al contrario, en su mayoría han supuesto un impulso, una nueva vuelta de tuerca, a la explotación capitalista, la han asentado y la han legitimado aún más ante la mayoría trabajadora.

En términos globales, las políticas del Gobierno de coalición socialdemócrata han beneficiado esencialmente a los capitalistas. Las cifras de gasto público destinado a paliar los efectos de la crisis en los sectores obreros y populares palidecen ante los miles de millones destinados a salvaguardar la actividad de las empresas, a salvaguardar las ganancias de los empresarios, especialmente de los más grandes.

El desarrollo de los ERTE, la nueva legislación sobre el teletrabajo o la reforma laboral son algunas medidas de las que presume el Gobierno, pero no son otra cosa que muestras de una tendencia clara, que lleva desarrollándose varias décadas: la extensión de un modelo socio-laboral en el que la clase social que crea la riqueza se ve cada vez más sometida a las necesidades que en cada momento tiene la clase social que acapara la riqueza.

Las medidas adoptadas en los últimos meses ante el brutal encarecimiento del coste de la vida no abordan ninguno de los problemas de fondo que generan las subidas de precios. Consisten esencialmente en que el Estado asuma el coste de lo que descuenta de los precios de venta, pero quedan inalterados los mecanismos de conformación de precios y los beneficios de los capitalistas.

El actual Gobierno ha apuntalado esa tendencia, que no es exclusiva de nuestro país, aprovechando varias circunstancias a su favor, pero sobre todo el temor de la población a repetir lo vivido en anteriores períodos de crisis. Con una hábil campaña de propaganda, el Gobierno de coalición socialdemócrata está logrando utilizar el miedo a las consecuencias del capitalismo para apuntalar el capitalismo. El Gobierno aspira a convencer a amplios sectores de la mayoría trabajadora de que sus decisiones se conciben y desarrollan para su beneficio, mientras el objetivo final de esas decisiones, no siempre fácil de ver, es el de generar unas mejores condiciones para el ejercicio de la explotación capitalista en España.

2)El Gobierno de coalición está cumpliendo el papel histórico de la socialdemocracia.

La función histórica de la socialdemocracia es la de estabilizar y garantizar la continuidad de la explotación capitalista en momentos en que su propia dinámica interna genera mayores contradicciones o cuando éstas son más fácilmente visibles por la mayoría de la población. El papel histórico de la socialdemocracia es encubrir la esencia explotadora del capitalismo y cerrar el paso a un cuestionamiento del mismo por parte de la mayoría trabajadora que sufre sus consecuencias.

Las sucesivas crisis capitalistas que hemos vivido han generado y profundizado graves problemas sociales que siguen sin resolverse. Las fuerzas que componen la actual coalición de Gobierno se presentaron ante la población como capaces de dar solución a esos problemas, ocultando que tales problemas son realmente imposibles de solucionar en tanto España continúe siendo un país capitalista, en tanto España continúe siendo miembro de la Unión Europea, en tanto España continúe vinculada a la OTAN.

PSOE y Unidas Podemos utilizaron los temores y las expectativas de amplios sectores de la población para llegar al Gobierno siendo muy conscientes de que sería imposible cumplir las promesas realizadas, pero fomentando con ello la confianza, una vez más, en la solución parlamentaria e institucional a los problemas sociales, que siempre ha sido una trampa para la mayoría trabajadora.

Las amplias movilizaciones sociales del período entre 2008 y 2014 fueron canalizadas hacia la vía institucional, se solicitó confianza en la gestión gubernamental y ahora se exige que no haya movilizaciones ante la grave situación que vivimos porque sería facilitar el trabajo a las fuerzas de oposición.

El actual Gobierno es uno de los discípulos aventajados del Fondo Monetario Internacional, cuyas orientaciones sigue prácticamente al pie de la letra. El actual Gobierno está plenamente comprometido con salvaguardar el capitalismo en España y en el mundo, con garantizar su continuidad, con fomentar la idea de que una gestión “distinta” del capitalismo va a resolver los problemas que el mismo capitalismo genera.

3)El Gobierno de coalición ha fortalecido las posiciones favorables al pacto social en el movimiento sindical, hegemonizado por la socialdemocracia.

Perro no come perro. La influencia de las distintas fuerzas que componen la coalición gubernamental es evidente en el movimiento sindical de nuestro país. Esto ha servido para incorporar con facilidad a las cúpulas de las principales organizaciones sindicales a la campaña de apoyo y promoción del proceso de modernización capitalista español.
Gobierno y cúpulas de las organizaciones sindicales más representativas del país comparten análisis y propuestas de solución a los problemas a los que se enfrenta el desarrollo capitalista en España, de modo que, a pesar de algunos desacuerdos puntuales, las medidas que favorecen a los capitalistas se van adoptando en un ambiente generalizado de paz social.

La socialdemocracia ya no se esfuerza por plantear un modelo capitalista distinto, sino por contener y gestionar las peores consecuencias del capitalismo que hay. La asunción de teorías políticas y económicas incapaces de plantear alternativas al desarrollo capitalista les conduce a un callejón sin salida ante el que tienen que presentar como éxitos lo que no es sino la constatación del fracaso más absoluto de las que eran sus banderas iniciales. Aceptan y promueven cualquier medida destinada a garantizar los intereses, las inversiones y las ganancias de los capitalistas siempre que ésta venga acompañada de algo que puedan vender como un avance a la mayoría trabajadora a la que dicen representar.

De otra forma no es posible entender el entusiasmo hacia iniciativas como el mecanismo RED, que en realidad es un mecanismo de salvaguardia de las inversiones empresariales, hacia el fomento del teletrabajo, que supone una individualización de la relación laboral que siempre favorece a la patronal, o hacia la reforma laboral, que pretende alterar las estadísticas de temporalidad y precariedad mientras el trabajo precario y sin derechos efectivos se va extendiendo. Por no mencionar las cosméticas medidas ante el encarecimiento del coste de la vida o bromas de mal gusto como la llamada “ley rider” -que no hace más que reiterar lo que ya estaba claro en el Estatuto de los Trabajadores-, la prohibición de los despidos o de los desahucios, que no han acabado ni con unos ni con otros.

La última Huelga General convocada en España fue en 2012, hace más de diez años. Desde entonces, se han incrementado las tasas de riesgo de pobreza y los índices de carencia material, y España ya ocupa el segundo lugar en la UE en cuanto al número de trabajadores pobres. En esta situación, aceptar los límites que impone el juego parlamentario, aceptar los marcos de actuación que imponen el Estado y la UE y pretender legitimarlos es una actitud deshonesta hacia el pueblo trabajador, que debe ser combatida.

4)El Gobierno de coalición supone la subordinación de la nueva socialdemocracia a la vieja socialdemocracia.

El pacto de Gobierno se elaboró sobre la base del programa electoral del PSOE, al que Unidas Podemos se sometió completamente, perdiendo por el camino algunas de sus propuestas estrella, como la exigencia de derogación de las dos reformas laborales de la década, que finalmente derivó en derogar únicamente “los aspectos más lesivos” de la reforma de 2012.

A lo largo de 2022 hemos comprobado cómo, aquello que denunciábamos en 2020, se hacía realidad, al confirmarse que el pacto suponía la aceptación de toda la política exterior e internacional de los sucesivos Gobiernos españoles, basada en un reforzamiento de la presencia en la UE y en la OTAN con el objetivo de proteger los intereses de los monopolios españoles en el extranjero.

Creemos conveniente preguntarse si es organizando la última Cumbre de la OTAN y la reciente Asamblea Parlamentaria de la OTAN en Madrid como se lucha desde el Gobierno por un nuevo tipo de relaciones internacionales. Si se defienden los intereses de los trabajadores y trabajadoras manteniendo los acuerdos militares con EEUU y ampliando la presencia de sus fuerzas militares en las bases existentes en España. Si es enviando armas a Ucrania y desplegando tropas fuera de nuestro país como se defiende la paz mundial. Si es pactando con Marruecos la entrega del Sahara como se garantiza la estabilidad, la paz y el desarrollo en el Norte de África y en el Mediterráneo. Si es asesinando impunemente a trabajadores migrantes en la valla de Melilla como se resuelve el problema migratorio generado por el imperialismo.

Los argumentos sobre la correlación de fuerzas parlamentaria y las maniobras para tratar de desmarcarse de cierto tipo de medidas adoptadas en el Consejo de Ministros no ocultan el hecho de que todas las fuerzas de la coalición son corresponsables de todas las políticas aprobadas por el Gobierno.

5)El Gobierno de coalición recurre al “antifascismo” para legitimarse y para distraer la atención sobre el verdadero carácter de clase de las medidas que adopta.

La “alerta antifascista” con la que Pablo Iglesias abrió su rueda de prensa posterior a las elecciones andaluzas de 2018, en las que por primera vez el partido VOX entró en las instituciones, se ha convertido en una de las principales y más recurrentes consignas utilizadas por el Gobierno y sus defensores.

Periódicamente, portavoces oficiales u oficiosos justifican acciones, decisiones y medidas gubernamentales, incluidas aquellas que más nítidamente suponen una agresión a los intereses de la mayoría obrera y popular, argumentando que existe un mal mayor que representan el PP y VOX. Con esta consigna pretenden arrastrar tras de sí a todas las fuerzas obreras y populares y ocultar el hecho de que su actividad gubernamental y parlamentaria se mueve cada vez en márgenes más estrechos, que las distintas propuestas de gestión capitalista en España comparten calladamente un mismo objetivo estratégico, que es garantizar la continuidad de la explotación capitalista, y que disienten sonoramente en la forma más adecuada para lograrlo.

El crecimiento de las posiciones reaccionarias y más abiertamente procapitalistas es una realidad que procede de múltiples factores, pero entre ellos hay que destacar que existen cada vez más sectores burgueses envalentonados ante lo inocuo de las políticas socialdemócratas, y cada vez más sectores obreros que, ante la continua frustración de las promesas de la socialdemocracia, ante la desconexión entre los discursos y la realidad objetiva, se dejan convencer de que la mejora de sus condiciones de vida y trabajo pasa por el programa de máximos de la burguesía y por adoptar discursos que buscan enfrentar a unos trabajadores con otros.

Solamente quien ha renunciado a cualquier escenario de superación del capitalismo puede dejarse atrapar en la falsa dicotomía entre las distintas opciones de gestión capitalista que se nos presentan como únicas alternativas posibles.

El verdadero dilema al que se enfrenta la mayoría trabajadora de nuestro país no es entre distintas posibilidades de gestión de la explotación, sino entre las fuerzas que defienden la gestión capitalista, del tipo que sea, y quienes defendemos un modelo de desarrollo distinto, que no esté basado en la explotación de trabajo asalariado.

La gestión del Gobierno de coalición, más allá del ruido y la confrontación mediática, ha logrado cristalizar un consenso básico entre las distintas fuerzas burguesas y sus representantes políticos, que incluye a las fuerzas nacionalistas periféricas que le prestan apoyo parlamentario.

Este consenso tiene como objetivos:
1. Modernizar la economía capitalista española, incorporando el modelo de la flexiseguridad en las relaciones laborales, promoviendo la economía “verde” y “digital” y poniendo al servicio de la burguesía todos los recursos del Estado, esperando con ello crear un entorno más favorable para atraer inversiones.
2. Mejorar la posición relativa de la burguesía española a través de un mayor compromiso con el fortalecimiento de la UE y la OTAN, la integración más profunda en los planes de EEUU y una mayor presencia en América Latina.
3. La estabilización del sistema político burgués en el plano territorial, con la recuperación de la implicación de todas las fuerzas nacionalistas periféricas en la gestión del Estado.

Algunas manifestaciones claves de este consenso son:
• La ampliación de los acuerdos con EEUU en materia de uso de las bases militares españolas.
• El incremento de las aportaciones a la OTAN y el incremento general en el porcentaje del PIB destinado a Defensa.
• La aportación creciente al esfuerzo bélico en Ucrania.
• Los acuerdos europeos para la creación de los fondos NextGenerationEU.
• La aprobación de sucesivas leyes laborales que han consolidado el modelo del trabajo a demanda y el apoyo estatal a las empresas para garantizar sus activos e inversiones, a través del mecanismo RED, así como introducido el teletrabajo.
• El fortalecimiento del aparato estatal burgués con nuevas medidas dirigidas a reprimir al movimiento obrero y popular.

La propaganda y la retórica no pueden ocultar el papel que está cumpliendo el Gobierno de coalición y las fuerzas que lo apoyan. El histrionismo y las palabras gruesas no pueden ocultar el consenso entre las fuerzas burguesas sobre la orientación que debe seguir el capitalismo español.

En los próximos meses, los distintos procesos electorales colocarán a la mayoría trabajadora de nuestro país ante nuevos falsos dilemas en los que se presentará como única opción posible la elección entre distintos gestores capitalistas, exagerando las diferencias puntuales entre ellos y tratando de ocultar que todos coinciden en la voluntad de mantener el actual sistema de explotación.

El Comité Central del PCTE llama a la mayoría trabajadora a no resignarse, a no confiar en los gestores capitalistas, a no confiar en que sus problemas económicos, sociales y laborales los va a resolver ningún Gobierno capitalista, a no aceptar que solamente cabe contener a los capitalistas.

No aceptamos las condiciones que nos quieren imponer para nuestra vida.
No aceptamos seguir sufriendo por saber si podremos calentar la casa o llenar la despensa.
No aceptamos que nuestros salarios valgan cada vez menos.
No aceptamos que cada vez sea más difícil conseguir cita en el centro de salud, o que nos dejen sin centro de salud.
No aceptamos que se considere normal que la empresa nos llame a trabajar cuando le interese y nos mande al paro en los períodos en que no nos necesita.
No aceptamos que nuestra estabilidad dependa de los beneficios de los empresarios.
No aceptamos que se diga que los intereses de nuestros patrones son los mismos que los nuestros.
No aceptamos que se condene a la pobreza a millones de personas para que unas pocas puedan ser escandalosamente ricas.
No aceptamos que se nos diga que esto es lo único que hay.
No aceptamos a ninguno de los Gobiernos que nos piden que confiemos en su gestión para resolver nuestros problemas.
No aceptamos que solamente se pueda elegir entre distintas opciones de gestión del capitalismo.
No aceptamos el capitalismo, porque su supervivencia es nuestra condena.

El Comité Central del PCTE llama a reforzar las posiciones clasistas en las organizaciones sindicales, a desarrollar las organizaciones obreras y populares que luchan por mejorar las condiciones de vida en todos los barrios, pueblos y ciudades, a fortalecer el movimiento estudiantil combativo y a desplegar todas las actividades de resistencia y contestación a las medidas favorables a los capitalistas que impulsan sus gobiernos, en la perspectiva del derrocamiento, en el convencimiento de que los problemas económicos y sociales que la mayoría obrera y popular solamente serán superados definitivamente poniendo fin al capitalismo en España.

 

Declaración del Comité Central del PCTE

Aprobada por el VI Pleno del Comité Central

14 de enero de 2023