El PCTE se presentará a las elecciones en la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo, con el lema de campaña Comunismo es libertad con el cual poder desplegar toda una ofensiva ideológica en defensa de la necesaria superación revolucionaria de la barbarie capitalista y la construcción del poder obrero y el socialismo en España. Frente a su falsa polarización de los partidos parlamentarios entre diferentes opciones de gestión del capitalismo, de tendencia liberal o socialdemócrata, los comunistas planteamos la verdadera elección, el poder en mano de la burguesía o el poder para los trabajadores.
No existe libertad en un sistema que se construye sobre la explotación asalariada, en un sistema surcado de principio a fin por los antagonismos de clase, en el que unos pocos concentran la riqueza que la mayoría social produce. Su libertad, por tanto, debe terminar con la conquista de la nuestra, con la emancipación de la clase obrera, la toma del poder en manos de la clase obrera y la construcción del socialismo-comunismo.
La convocatoria electoral tiene lugar en un momento en el que la pandemia ha demostrado las graves limitaciones de este sistema para garantizar la vida frente a las necesidades empresariales, en el que la producción y distribución de mercancías para la acumulación de capital se han impuesto sobre las medidas de protección de la salud, políticas en las que han coincidido todas las fuerzas parlamentarias.
Los 17.380 fallecidos que suponen el exceso de mortalidad en nuestra Comunidad son consecuencia de anteponer las necesidades del capital a la salud de la mayoría trabajadora, no son un hecho fortuito o inevitable, hay culpables. Se han confinado los barrios obreros y se ha dado vía libre a la llegada de turistas, al aumento de horarios y espacios en terrazas y la reconversión de usos y licencias de establecimientos. Se han prohibido manifestaciones mientras la clase obrera se hacina cada día en el Metro y el Cercanías para acudir a su puesto de trabajo.
Años de recortes y privatizaciones en la Sanidad Pública dejaron la capacidad de respuesta de nuestro sistema sanitario muy mermada y la pandemia ha venido a demostrar dramáticamente esta realidad. El periodo actual ha acelerado e intensificado el proceso de deterioro y privatización de servicios públicos justificado por la falta de recursos públicos y/o por la urgencia de las actuaciones, garantizando nuevos nichos de negocio a la patronal a costa de nuestras necesidades.
Una Atención Primaria que ya arrastraba graves carencias ha sido prácticamente desmantelada y los hospitales públicos acumulan miles de camas perdidas en los últimos años, falta de personal y plantas enteras cerradas, la Comunidad ha puesto en marcha el Isabel Zendal, una operación de marketing político basada en los sobrecostes de construcción, que no suponen ninguna mejora de la calidad asistencial y sí un flagrante negocio para un puñado de empresas.
La pandemia ha actuado de elemento catalizador de una crisis económica que ya venía definiéndose en todos los indicadores económicos y esta se caracteriza por el alto grado de sincronización mundial y por la profundidad de la misma. Las políticas adoptadas por el Gobierno de España responden a los principales dictados del FMI y la UE, intervención estatal para asegurar la demanda interna mediante ayudas como el IMV o la extensión de los ERTE, inyección de miles de millones de euros en ayudas directas a las empresas, rescates y nacionalizaciones, a la par que avanza la flexibilidad interna en las empresas y el trabajo a demanda, aumentando la precariedad y reduciendo los salarios, en un proceso de uberización de las relaciones laborales. El intenso endeudamiento del Estado será el anticipo de nuevos recortes y privatizaciones para garantizar el cobro de la deuda a los acreedores privados.
A pesar del discurso oficial en la Comunidad de Madrid el paro afecta a 450.000 trabajadores y hay 115.000 más afectados por ERTEs, la pobreza y las colas del hambre crecen en nuestra región. El Ingreso Mínimo Vital, que en la Comunidad sustituye a la Renta Mínima de Inserción, tan solo llega al 20% de las familias que lo tienen reconocido y se han producido 2.872 desahucios en 2020, a pesar de haber estado supuestamente prohibidos durante los estados de alarma.
Si la receta aplicada por el Gobierno Central ha sido la de inyectar fondos públicos para salvar las empresas, la Comunidad ha puesto en marcha medidas en la misma línea mediante sus propias ayudas directas, bonificaciones y exenciones fiscales, al tiempo que ha reformado la Ley del Suelo para reducir el control administrativo sobre las obras y promover la especulación inmobiliaria en una Comunidad con 263.279 viviendas vacías.
Décadas de tergiversación y manipulación histórica han pretendido borrar de la memoria colectiva los logros de las experiencias de construcción socialista y de la lucha y las conquistas alcanzadas en los países capitalistas por la lucha de millones de trabajadores. El papel de los comunistas en estos avances es imborrable, actuando en primera línea y luchando en toda circunstancia, dejando para la historia el compromiso con nuestra clase en la Guerra Nacional Revolucionaria, en la lucha clandestina contra la dictadura fascista, organizando movilizaciones en el campo, en en los barrios, en las facultades y en las fábricas para conquistar los derechos que hoy nos están siendo arrebatados.
Nuestra propuesta revolucionaria no es una pieza de museo y por eso la burguesía se empeña su revisión histórica, llegando a consignarse como política oficial de la UE el anticomunimo, bajo el paraguas de la lucha contra los totalitarismos, en el que pretenden equiparar nuestro proyecto emancipador con la forma más brutal de ejercicio del poder de la burguesía, el nazifascismo.
Por todo ello, el 4 de mayo estaremos en las elecciones con una posición clasista independiente, no porque alberguemos esperanza alguna en gestionar el capitalismo a favor de la mayoría, sino con la intención de fortalecer la lucha y la movilización de la clase obrera en la región, único camino para alcanzar nuestras reivindicaciones. Nuestra papeleta el 4 de mayo es un paso más en el proceso de acumulación de fuerzas hacia nuestra liberación, con el objetivo de llevar la voz de la clase obrera a la Asamblea de Madrid para confrontar con quienes en nombre de la libertad nos condenan a una vida de explotación.