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En el día de hoy la Asamblea de Madrid ha investido a Isabel Diaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid gracias a los votos del Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Esta investidura precede a la formación de un gobierno liberal de coalición, que si bien contará sólo con miembros del Partido Popular y Ciudadanos, tendrá marcado el paso desde la oposición por los planteamientos reaccionarios de Vox.

 

El nuevo gobierno, ya calificado por el Partido Popular como “laboratorio liberal”, supondrá una continuidad de las políticas antiobreras y antipopulares desarrolladas durante más de 20 años en nuestra región y que garantizan la continuidad del proyecto de los monopolios para Madrid: una región basada en el turismo, el sector financiero, la especulación inmobiliaria y la privatización de los servicios públicos.

 

Las medidas económicas anunciadas por la presidenta durante la presentación de su programa de gobierno suponen seguir apostando por sectores marcados por la precariedad y los bajos salarios, como son el turismo y la hostelería. Diaz Ayuso asume su compromiso de no abordar la flexibilidad laboral, los contratos temporales, las horas extra no remuneradas, las jornadas interminables y demás mecanismos que sirven para aumentar el grado de explotación que sufre la clase obrera, convirtiendo su gobierno en el principal baluarte para asegurar la tasa de ganancia de los capitalistas en la región. Junto a ello se espera desarrollar la nueva city de la mano del plan Madrid Nuevo Norte, atrayendo a la capital las sedes de importantes monopolios internacionales, especialmente una vez se produzca el Breixit. Estas expectativas no irán ligadas a la creación de empleo de calidad, sino de todo lo contrario, pues asientan su desarrollo sobre la base de un mercado de servicios marcados por la precariedad y los bajos salarios.

 

En el mismo sentido, la nueva presidenta refuerza su compromiso con los empresarios que parasitan los servicios públicos o se lucran de su privatización. El programa del nuevo gobierno asume como retos principales seguir otorgando recursos públicos a la educación privada y concertada a todos los niveles, seguir apostando por la colaboración público-privada en el desarrollo de infraestructuras y continuar degradando la sanidad pública, tanto primaria como hospitalaria, a través de los conciertos económicos y los recortes encubiertos.

 

Especialmente agredida por este paquete de medidas liberales está la juventud trabajadora, que será quien más sufra la precarización laboral, la obligación de trabajar gratis a través de las prácticas no remuneradas en la universidad y el sistema de FP Dual, el alto coste de la educación universitaria, la imposibilidad de emancipación por los altos precios de los alquileres derivados de la especulación y la falta de perspectivas de futuro ante la ausencia de empleo digno y estable para emprender su propio proyecto vital.

 

A pesar de su retórica liberal y de compromiso formal con la igualdad el nuevo gobierno asume parte de los postulados reaccionarios de Vox, regalando guiños y gestos en lo simbólico a la extrema derecha que presagian una tónica general de ataque a las libertades y derechos del pueblo trabajador, especialmente de la mujer trabajadora y la clase obrera migrante. Así, en el propio discurso de investidura Diaz Ayuso eliminó cualquier referencia a la violencia machista y más allá de lo formal no concretó ninguna medida para hacer frente a la misma. En el mismo sentido, se incrementa la retórica de confrontación nacionalista glorificando los símbolos nacionales como el himno, la bandera o la figura del Rey y se hace un especial reconocimiento a las víctimas del terrorismo de ETA, obviando deliberadamente la memoria histórica en torno a la Guerra Nacional-Revolucionaria y la represión franquista.

 

La oposición socialdemócrata representada por el PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos carece de herramientas para enfrentar decididamente al programa de los monopolios que representa hoy el gobierno de PP-C’s con el apoyo de Vox. Años sembrando la desmovilización entre los sectores populares -y especialmente en el movimiento obrero- en beneficio del parlamentarismo, las promesas de cambio institucional incumplidas, los frentes antifascistas electorales y los llamados al voto útil en detrimento de la organización obrera, han terminado por reducir el papel del triunvirato socialdemócrata a una mera oposición retórica alejada de toda posibilidad de real de frenar las políticas que emprenda el nuevo gobierno liberal.

 

Ante un contexto de ataque generalizado a los derechos y libertades del pueblo trabajador madrileño, con la oposición socialdemócrata atada de pies y manos por su propio cretinismo parlamentario, la única opción consecuente es el camino de la lucha organizada a todos los niveles. Las medidas políticas y económicas que necesitan de manera urgente nuestra clase y nuestro pueblo no partirán de las cándidas promesas parlamentarias que unos y otros han planteado durante la sesión de investidura, sino que serán conquistadas palmo a palmo por la fuerza de la organización obrera. Frente al programa de los monopolios, levantemos el programa de la clase obrera.

 

Por todo ello, el PCTE y los CJC llamamos al conjunto de los trabajadores y trabajadoras de la región a tomar partido contra el nuevo gobierno liberal desde su realidad más inmediata. Para ello no basta -nunca ha bastado- con la mera resistencia a las políticas que tratarán de implantar en el próximo periodo, sino que será necesario poner en valor nuestro propio programa de lucha, convirtiendo cada centro de trabajo, centro de estudios y cada barrio en el germen de un nuevo Madrid, de un Madrid para la clase obrera.