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Resolución de la Iniciativa Europea de Partidos Comunisas y Obreros.

Conmemoramos el Día del Trabajo, a los trabajadores muertos de Chicago en 1886, a los inquebrantables combatientes de la lucha de clases que dieron incluso su vida por los derechos de su clase, por la abolición de la explotación del hombre por el hombre, por el socialismo-comunismo. Sacamos fuerza de la experiencia histórica al organizar las luchas contemporáneas de la clase obrera, su alianza con las demás capas populares, ante el ataque del capital, las medidas anti-populares de la UE y sus gobiernos, contra las intervenciones imperialistas y las guerra de la UE, los EE.UU. y la OTAN, para satisfacer las necesidades actuales.

 

Las contradicciones del capitalismo se están agudizando y a la vista de todos: las guerras recurrentes, los refugiados, las crisis, el desempleo masivo, la explotación, la desigualdad, el empobrecimiento de los trabajadores y la contaminación ambiental.

 

El capital intenta encubrir las causas reales que generan esta realidad para desviar la justa indignación popular a soluciones que perpetúen el capitalismo, ocultando el hecho de que el empobrecimiento de las masas trabajadoras a nivel internacional y las crecientes desigualdades entre ricos y pobres, así como entre países con diferentes niveles de desarrollo, son el resultado de la división de la sociedad en clases y del proceso de acumulación capitalista.

 

Se procura justificar la injusticia que caracteriza al capitalismo como sistema basado en la explotación  como un producto de la coyuntura económica o como un defecto en la gestión del sistema, si bien en su lugar es una característica intrínseca del propio capitalismo, tanto en las fases de crisis como en las de recuperación económica.

 

La burguesía capitalista intenta neutralizar el descontento popular, tanto con la represión de la protesta social como su desviación hacia movimiento que, independiente de su connotación como “de derechas” o “de izquierdas”, son completamente compatibles con el estado burgués, con el capital y sus alianzas imperialistas internacionales, como la UE y la OTAN.

 

El capital también utiliza el nacionalismo y el racismo como arma de “distracción masiva”. Sólo la burguesía imperialista se beneficia de esto, ocultando así sus enormes responsabilidades en la guerras y el saqueo de países enteros. Los refugiados e inmigrantes que huyen de sus países por las guerras imperialistas, así como por la paz imperialista que incluye explotación, enfermedades y miseria, contribuyen a ensanchar el “ejército asalariado de reserva” que usa el capital para reducir aún más los salarios de todos.

 

En el 1º de mayo, reiteramos una vez más la solidaridad de los comunistas y el movimiento obrero con el proletariado inmigrante. El enemigo de clase no es el inmigrante, sino el capitalista. Es el capitalista quien despide, quien reduce salarios, quien impone condiciones laborales inhumanas. La salida sólo se puede encontrar en la la unidad de clase y la igualdad de derechos para todos los trabajadores, sean nativos o inmigrantes.

 

Denunciamos el oportunismo de la socialdemocracia, de los sindicalistas colaboracionistas y de su dirección pactista, que actúan para desactivar el descontento popular y sólo ayudan a garantizar la supervivencia de un sistema moribundo. La burguesía intenta neutralizar el descontento popular tambuén suprimiendo la protesta social y canalizándola a movimientos que, con independencia  de su connotación de “derechas” o de “izquierdas”, sirven a los intereses del capital, sus gobiernos y sus alianzas imperialistas internacionales, como la UE y la OTAN.

 

Por ejemplo, la burguesía intenta desviar la justa y extendida indignación ante la devastación ecológica y el daño a la salud de los trabajadores hacia movimientos neo-ecologistas que criminalizan al consumidor individual en vez de a los grandes monopolios, evitando denunciar que lo que amenaza la propia supervivencia del planeta es la explotación de los recursos naturales por los monopolios capitalistas en la búsqueda de la maximización del beneficio y las guerras imperialistas. La esperanza yace en la lucha de classes, en la organización y el reagrupamiento del movimiento obrero.

 

Este año, el 1º de mayo coincide con el inicio de la campaña de las elecciones europeas. Los pueblos saben por su experiencia que la UE no mejora, que sólo puede ser peor, más anti-popular y reaccionario. Por eso debemos romper las cadenas que nos mantienen prisioneros, debemos intensificar la lucha contra la UE y la OTAN, las instituciones político-militares del imperialismo europeo que garantizan la dominación del capital en detrimento de los trabajadores y los pueblos.

 

La Europa de los trabajadores y los pueblos no puede erigirse por esta Unión Europea que perpetúa la opresión capitalista y la agresión imperialista.

 

Debemos concentrar nuestra acción contra la UE y contra la OTAN, empezando este 1º de mayo, un día en el que debe empezar una nueva temporada de luchas obreras por la demanda de derechos laborales, por el derrocamiento del capitalismo, por el socialismo-comunismo.

 

A lo largo de este camino puede hacer retrocesos, incluso derrotas, pero la lucha obrera por un mundo justo y libre nunca parará y siempre será más fuerte y más consciente, aprendiendo de los errores y fortaleciendo sus éxitos, hasta la victoria final.

 

Con motivo de este 1º de mayo, los comunistas saludamos y expresamos nuestra solidaridad internacionalista con los trabajadores de Europa y de todo el mundo, que participan en todas partes en la lucha por sus derechos y su emancipación de los grilletes del sistema capitalista.

 

¡Viva el 1º de mayo!

¡Proletarios de todos los países, uníos!