¡LUCHEMOS POR LA INDEPENDENCIA DE LA CLASE OBRERA!
El 2 de mayo está consagrado como el Día de la Comunidad de Madrid. Este día se conmemora el alzamiento del pueblo madrileño en defensa de su tierra frente a la invasión del ejército francés. Fue el pueblo quien primero se levantó en armas contra la agresión; no los señoritos terratenientes, ni los comerciantes acaudalados, ni la aristocracia parásita, de hecho, una parte importante de estas clases sociales hicieron sus cálculos y se posicionaron junto al invasor.
Fue el pueblo alzado en armas quien, con su lucha y enorme sacrificio, encendió la mecha que desencadenaría la Guerra de Independencia que acabaría con la expulsión del ejército francés en 1814, aunque el mercantilismo propio de los últimos compases del Antiguo Régimen y el aún débil desarrollo capitalista impidieron una salida favorable del conflicto para las clases explotadas, que continuaron subyugadas por la monarquía absolutista de Fernando VII y sus seguidores.
El recuerdo del levantamiento del pueblo madrileño evoca al pueblo armado, que el 6 de noviembre de 1936 detuvo el avance del fascismo sobre Madrid al grito del “¡No Pasarán!”. Mientras una parte de la burguesía nacional se aliaba con el fascismo internacional para detener las conquistas del pueblo trabajador en el marco de la II República, la clase obrera y el campesinado lucharon contra esta alianza criminal para defender su tierra, su libertad y su futuro.
Dos ejemplos de lucha y resistencia popular separados por más de un siglo, que en contextos históricos muy diferentes, demuestran una verdad incontestable. En las horas decisivas, quienes más invocan la patria son los primeros en abandonarla a su suerte, quedando la defensa de su independencia en manos de quienes la levantan cada día con la fuerza de sus brazos y el sudor de su trabajo.
Hoy, 211 años después de la sublevación popular del 2 de Mayo, encontramos quienes de nuevo invocan a la patria no con el objetivo de defender a quienes la levantan, sino con el objetivo de enfrentarnos entre nosotros. Quienes hoy encienden el odio nacionalista son precisamente quienes apuestan por privatizar nuestros hospitales, colegios y pensiones en beneficio del gran capital transnacional. Quienes esconden tras la retórica de las banderas y el enfrentamiento la lucha de clases, son los que apuestan por desmantelar nuestras fábricas, especular con nuestro suelo y vivienda, y evitar el pago de impuestos a las grandes rentas. Su España es la España gris del trabajo precario, los salarios de miseria y la pobreza generalizada a mayor gloria de 4 grandes capitalistas.
España nunca han sido sus señoritos, ni sus reyes, ni sus explotadores, ni quienes viven de servir a sus intereses. España es su clase obrera, el pueblo trabajador que cada día madruga para poner en marcha el país. España son sus fábricas y campos, sus minas y mares, su cultura, su arte y su ciencia. España hoy vive presa de quien la explota para su propio beneficio a costa del sufrimiento de millones.
Defender hoy la independencia de nuestra patria es defender la España de la cultura y el trabajo. Nuestro mejor homenaje a los héroes y heroínas que un 2 de mayo se alzaron por la independencia de España, es confrontar con quienes la invocan para dividirnos y luchar por expulsar del poder a quienes hoy impiden el desarrollo y el progreso de nuestro país. Esa es la tarea que asumimos los comunistas.
A 211 años del 2 de Mayo, luchemos por un país para la clase obrera.