Nuestro lema principal es que queremos construir un país para la clase obrera. Esto significa que aspiramos a un país en el que sean los derechos y los intereses de la mayoría trabajadora los que se tengan en cuenta a la hora de tomar las decisiones políticas, económicas y sociales.

Hasta ahora, todas las decisiones importantes se han tomado para defender y promover intereses que son ajenos a esa mayoría trabajadora a la que, como Partido Comunista, nos dirigimos exclusivamente en nuestro trabajo diario y también durante las campañas electorales.

Cuando se ha reformado el Estatuto de los Trabajadores, ha sido para abaratar nuestro despido o para facilitar los Expedientes de Regulación de Empleo.

Cuando se han reformado las pensiones, ha sido para obligarnos a trabajar más años y cobrar menos pensión.

Cuando se han reformado la sanidad o la educación, ha sido para permitir la entrada masiva de las empresas privadas en la gestión y prestación de esos servicios esenciales.

Cuando se ha intentado paralizar la subida de precios en el alquiler de vivienda, se ha terminado por legalizar la ocupación mercantil de nuestros barrios históricos.

Esto son sólo algunos ejemplos que dejan claro que no podemos seguir así. Nuestro país no nos pertenece, nos lo roban día a día los capitalistas, los empresarios y sus representantes que, además, quieren que nos peleemos entre nosotros para evitar que nos demos cuenta de que nuestra unión es su derrota.

Los y las comunistas pensamos que, para tener un país para la clase obrera, un país que sea verdaderamente nuestro, hace falta dar muchos pasos. Pero para dar grandes saltos primero hay que andar, hay que empezar por alguna parte.

Los y las comunistas pensamos que, ahora, lo esencial son tres cosas: recuperar la industria, defender los servicios públicos y tener un país verdaderamente soberano.

Estos tres objetivos son necesarios, ineludibles, pero deben ir acompañados necesariamente, del desarrollo del poder obrero. Porque nosotros no aspiramos a entregar el país a otros capitalistas, a desarrollar otro capitalismo distinto, sino a terminar con el capitalismo. Queremos construir un país socialis- ta, que es el único país que puede ser de la clase obrera.

Hoy, ya, en este mismo momento, proponemos una serie de medidas para articular la lucha obrera y popular con la mirada puesta en el derrocamiento del capitalismo. Sabemos que no las aprobará el parlamento capitalista, pero nosotros las vamos a defender igual, en la calle y en las instituciones. Son nuestra guía de acción, nuestra propuesta inmediata a nuestra clase y a nuestro pueblo.