Año tras año, se deterioran las condiciones materiales de vida del conjunto de la clase trabajadora en Gijón. Si bien los precios de la electricidad y el gas no han tenido los fuertes incrementos de precio que se produjeron hace unos años, los precios no han vuelto a los niveles anteriores. Lo mismo podemos decir con la cesta de la compra básica de un hogar cuyo importe se ha incrementado más de un 40% en los últimos cuatro años. Todo sube muy por encima del IPC pero sin embargo nuestros salarios tienen subidas pírricas que no compensan el aumento constante del precio de las cosas. Por el contrario las compañías de supermercados e hipermercados, y las compañías eléctricas y gasísticas tienen cada año beneficios mayores.
En cuanto a la vivienda, su precio no para asimismo de crecer. Los precios de compra de una vivienda en los barrios donde residimos suben y no lo hacen precisamente al ritmo de nuestros salarios. Y si hablamos del alquiler, las rentas mensuales se han disparado: basta con mirar los escaparates de las inmobiliarias o los portales de internet especializados para ver que la renta media de una vivienda digna en Gijón supera los 700 euros mensuales.
En Gijón actualmente vivimos poco más de 268.000 personas, la misma cifra que en el año 2000 siendo el número de viviendas de más de 148.000 de las que se estima que más de 7.000 están vacías. Viendo los precios de las rentas de los alquileres es más que evidente que el mercado, lejos de ser la solución, forma parte del problema del encarecimiento de las rentas; problema que se ha visto potenciado, entre otros factores, por el crecimiento exponencial de las viviendas de uso turístico (VUT) reguladas y de aquellas que también se dedican al uso vacacional de forma fraudulenta, viviendas que en la práctica se dedican para un fin diferente para el que fueron construidas; el último dato oficial del número de VUT en Gijón es de agosto de 2023, cuando había censadas 1.425, un 19% más que en el año 2022, año en el que se produjo un incremento del 27,6% con respecto a las censadas en el año 2020.
Las viviendas destinadas a uso turístico sean legales o ilegales, generan en ocasiones problemas en su entorno pero el principal problema es que estas viviendas se extraen del mercado de las destinadas al alquiler tradicional, lo cual supone una reducción de la oferta con el consiguiente incremento del precio siguiendo la especulación que guía la lógica capitalista. Para limitar las VUT el Ayuntamiento de Gijón aprobó en enero de 2024 una moratoria de un año por la cual no se pueden legalizar más en los barrios de Cimadevilla, El Centro y La Arena. Esta moratoria parece más encaminada a proteger los intereses de las empresas hoteleras, ante la competencia que suponen este tipo de viviendas frente a los hoteles, que a buscar soluciones reales al problema, además de haber provocado un incremento de solicitudes de autorización para VUT en los barrios limítrofes donde no se aplica la medida.
Para el Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE), en la situación política actual, la política adecuada en materia de alquiler de vivienda pública pasa por construir un parque de viviendas destinadas exclusivamente a este fin y paralelamente por el incremento de las partidas de ayuda al alquiler. Este parque se ha de crear, mantener y gestionar directamente desde la administración pública; desde este punto de vista, criticamos la fórmula elegida por el gobierno autonómico para la edificación de 250 pisos en el solar de Peritos destinados al alquiler en régimen de concesión de un derecho de superficie por 75 años a una promotora privada lo cual supone una mercantilización de un suelo de carácter público. Esta preferencia por el alquiler no supone en ningún caso renuncia a la construcción de vivienda pública para su venta al margen de los parámetros que establece el mercado privado.
El PCTE, en su lucha por el socialismo-comunismo, aspira a que en España el derecho a una vivienda adecuada en régimen de usufructo sea garantizado por el Estado, que a través de la planificación central emprenderá un plan dirigido a la adecuada distribución de las viviendas vacías, a la rehabilitación y modernización del parque de viviendas y a ordenar la construcción de nuevas viviendas para satisfacer las necesidades del pueblo trabajador.
Este es nuestro objetivo último en materia de vivienda, objetivo que no es compatible con el sistema de dominación capitalista, por lo que hacemos un llamamiento al conjunto de la clase obrera a reforzar las filas del PCTE para, desde la unidad y la organización, ligar la lucha por una vivienda digna con otras luchas como la lucha por la defensa de nuestros derechos laborales o la defensa del carácter público de la educación y la sanidad: ha llegado la hora de dejar de caminar a remolque de intereses ajenos a los de nuestra clase, es el momento de emprender nuestro propio camino.